Esta práctica ancestral se hizo popular en la década del 80 en Japón, para reducir los niveles de estrés y ansiedad de la población, mediante la reconexión plena con la naturaleza.
Una atractiva jornada de “baño de bosque” o Shinrin Yoku -como se conoce a esta actividad terapéutica en Japón- se llevó a cabo en la Reserva Nacional Lago Peñuelas, en Valparaíso, con la participación de 34 vecinos de la comuna y beneficiarios de los programas de capacitación y empleo de la Corporación Nacional Forestal (Conaf).
Al respecto, el director regional de la entidad, Sandro Bruzzone, explicó que «se trata de una práctica ancestral que se hizo popular en la década del 80 en Japón, para reducir los niveles de estrés y ansiedad de la población, mediante la reconexión plena con la naturaleza. En la Región de Valparaíso, comenzamos a implementar esta metodología en el Parque Nacional La Campana y la Reserva Nacional Lago Peñuelas, con excelentes resultados”.
Agregó que “el último ‘baño de bosque’, organizado por nuestro Departamento de Bosques y Cambio Climático, estuvo dirigido a los trabajadores del Programa de Emergencia de Empleo (PEE) y de Formación, Capacitación y Empleo (Profocap) que, en Valparaíso, realizan funciones de reproducción de plantas en vivero, retiro de material combustible y hermoseamiento de espacios de uso público”.
Por su parte, el ingeniero forestal y funcionario del Departamento de Bosques y Cambio Climático de Conaf, Jorge Burgos, quien encabezó la actividad en terreno, manifestó que “nos centramos en un rol de los bosques poco conocido, que es el rol social sobre la salud humana, con una actividad que está tomando mucha fuerza en todo el mundo”.
Y añadió que “la salud es una sola: la salud del ambiente, de la flora, de la fauna y de los humanos. Entonces se está trabajando en una especie de ecología o de educación ambiental del entorno y de los procesos internos del ser humano, bajo el concepto del ‘baño de bosque’”.
En tanto, el vecino de la Ciudad Puerto y beneficiario del Profocap, Juan Navarro, manifestó que “es una experiencia que se debe vivir, porque relaja mucho. Todo lo empiezas a ver diferente, el sonido, los pájaros, y a la vez te libera de lo que haces diariamente. También por un tema médico y de salud mental”.
Su símil, Giovanna Herrera, también destacó la iniciativa. “Es una experiencia hermosa, muy linda, sentirse en contacto con la naturaleza. Te relaja, olvidas todos tus problemas, el estrés. No todos tenemos la oportunidad de estar acá, explorar, conocer nuestros árboles”, afirmó.
Cabe destacar que las fitoncidas que liberan los árboles, entre otros beneficios, reducen la presión arterial, la frecuencia cardíaca y los niveles de cortisol (hormona del estrés). También aumentan la actividad nerviosa parasimpática, que estimula una mayor sensación de bienestar y buen humor.