Claudia Carrasco, psicóloga UPLA y doctora en Educación, entrega algunas recomendaciones, considerando la edad y las necesidades de los niños.
Quienes cursan Enseñanza Básica y Media iniciaron o iniciarán sus vacaciones de invierno, período que, en algunos casos, implica cierto desajuste en casa y la preocupación de los padres cuando se preguntan qué hacer con ellos durante dos semanas.
La psicóloga de la Universidad de Playa Ancha (UPLA), doctora Claudia Carrasco, sostuvo que la realidad actual es que, en la mayoría de los casos, ambos padres trabajan fuera de casa, razón por la cual es complejo hacerse cargo de los niños en este período. Sin embargo, en tal situación, recomendó contar con las redes familiares, lo que podría significar tarde con abuelos y tíos, con mucho relajo.
“Yo creo que es importante que lo niños hagan la distinción entre lo que es estar en época escolar, académica y las vacaciones. Las vacaciones son un período de descanso. Es un período para desconectarse. El punto está en que cuando hay niños que les cuesta mucho concentrarse, esta gran desconexión es como un quiebre para ellos. Les cuesta mucho luego volver a clases. Así es que no sé si hay grandes recetas, más que poner atención al tipo de niño que uno tiene y tratar de generarle un contexto y un ambiente que sea adecuado para el uso del tiempo libre de esos niños”, dijo la profesional.
Igualmente, importante es preguntarles qué desean hacer ellos con su tiempo libre, porque es fundamental que aprendan a gestionar sus tiempos, sus emociones, a fin de que también puedan tomar algunas decisiones. Si bien los niños no pueden decidir a qué hora acostarse, la psicóloga sí advirtió que pueden decidir respecto a qué hacer: talleres, estar más tiempo con la familia e ir al trabajo de papá y mamá (si es posible), entre otras opciones.
En el caso de los pequeños que tienen dificultad para concentrarse, la psicóloga subrayó la importancia de seguir manteniendo algunas rutinas, las cuales, si bien pueden sufrir algunas modificaciones, siempre tienen que estar presentes, pues ellos necesitan la estructura. De lo contrario, les resultará muy difícil retomar las actividades escolares.
Si se trata de adolescentes, tienen otra forma de organizar sus tiempos y actividades. Por lo tanto, en este caso, lo importante es que las vacaciones de invierno (periodo muy acotado), no se conviertan en una desvinculación tan grande de las normas.
Ahora bien, si por razones de trabajo no es posible estar durante este tiempo con los niños, lo más conveniente es dejar la culpa de lado y disfrutar los momentos disponibles para compartir en familia.
“Los niños aprenden a partir del repertorio emocional de sus padres, y así aprenden a gestionar sus emociones. El repertorio emocional que sienten, que viven padres y madres, son el pilar para luego modelar las emociones de los niños. Por lo tanto, si una mamá se siente muy culpable por trabajar fuera de casa, que le gusta trabajar fuera de casa, pero que le gustaría estar con sus hijos en las vacaciones, ese sentimiento de culpa va a tener alguna repercusión sí o sí sobre ese niño”, concluyó la especialista.