Profesor de Educación Física de la Universidad de Playa Ancha (UPLA) indica que descenso en las rutinas de ejercicios ocurrido en confinamiento es, incluso, bajo lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La pandemia del COVID-19 golpea duro a los adultos mayores, grupo de alto riesgo que, para protegerlos, se les ha impuesto un estricto distanciamiento social, el cual, finalmente, se ha traducido en un aislamiento social.
Aquello les ha impedido participar de talleres, reuniones sociales y compartir con personas de su edad, así como recibir visitas familiares.
“Lo anterior los puede llevar a generar episodios de estrés, miedo, angustia o depresión, por no poder realizar sus actividades de manera normal. En ese sentido, es importante el apoyo de los más cercanos. Deben aprovechar las redes sociales para tener interacción y contacto con familiares y otras personas, en particular los adultos mayores que viven solos. Ayudarlos a mantener rutinas, realizar tareas que les sean gratas y preocuparse por ellos, los mantendrá activos y ocupados”, sostuvo el profesor de Educación Física de la Dirección de Deportes y Recreación de la Universidad de Playa Ancha (UPLA), Carlos Villagrán Infante.
En la charla «Actividad Física en el Adulto Mayor en tiempos de confinamiento», ofrecida por el docente de manera conjunta con el club deportivo Crucianos de Valparaíso, Villagrán explicó cómo ha impactado físicamente esta cuarentena a los mayores de edad.
“Debido a las restricciones de movilización que nos han impuesto, físicamente ha repercutido en el adulto mayor en un descenso de sus niveles de actividad física, bajo lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud. Al mismo tiempo, por pasar la mayor parte del tiempo sentados o acostados, puede llevar a un aumento del peso corporal, así como a la pérdida de fuerza muscular, debilitamiento de la estructura ósea y una disminución en su capacidad funcional con el consecuente peligro para la salud del adulto mayor”, afirmó el profesor Villagrán.
CONTRARRESTAR EL SEDENTARISMO
Para aminorar el impacto físico en este grupo etario, el profesional sugiere establecer una rutina de ejercicios que permita mantenerlos activos en sus hogares.
“Aquí cuentan las actividades cotidianas como las labores de aseo y jardinería; el ejercicio físico programado, por ejemplo, subir y bajar una pequeña altura; ejercicios de equilibrio, por ejemplo, con apoyo en una silla levantar las piernas alternadamente; y actividades aeróbicas, lo que se logra caminando dentro del hogar. Siempre con todos los resguardos de seguridad y adaptando las acciones a las propias capacidades”, agregó el docente.
De no ejercitar el cuerpo, dijo Villagrán, los adultos mayores, pueden desarrollar enfermedades cardiovasculares, hipertensión arterial, diabetes tipo 2, obesidad y algunos tipos de cáncer. Estas enfermedades son crónicas, no transmisibles y son una de las principales causas de muerte de este grupo de la población.
En ese sentido, la actividad física actúa como control y prevención de estas patologías, de ahí la importancia que los adultos mayores se mantengan activos físicamente con un programa integral de ejercicios, lo que ayudará también a mantener su autonomía.