Estudio elaborado con datos de Encuesta Casen revela que Valparaíso es una de las comunas con mayores necesidades habitacionales del país (12.094 viviendas), detrás de algunas de mayor población como Maipú y Puente Alto.
Gremio de la construcción llama a considerar las reales necesidades de las personas a la hora de planificar la ciudad y dictar normas y restricciones.
Un total de 12 mil nuevas viviendas sociales para más de 36 mil personas se deben construir en la comuna de Valparaíso, para resolver el déficit habitacional que afecta a los segmentos más vulnerables de la población porteña.
Este fue uno de los datos más preocupantes contenidos y destacados en el Balance de Vivienda Social y Entorno Urbano 2017, estudio que dio a conocer la Cámara Chilena de la Construcción Valparaíso y que realiza el gremio cada dos años con datos de la Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (Casen) más reciente.
De acuerdo al informe, del total de 12.094 viviendas que constituyen el déficit habitacional de interés social en la comuna de Valparaíso, 7.485 (61,9%) corresponden a nuevos requerimientos habitacionales por deterioro de los inmuebles y 4.609 (38,1%) a nuevos requerimientos por allegamiento.
El presidente de la CChC Valparaíso, Juan Armando Vicuña, dijo que “lamentablemente las cifras son reveladoras. Más de 12 mil familias de Valparaíso no cuentan con una vivienda de interés social adecuada a sus necesidades, lo que representa a un 11,9% de la población total de la comuna con necesidades habitacionales urgentes”.
Este resultado además ubica a Valparaíso entre las cinco ciudades del país con peor situación, detrás de comunas de mayor población como Maipú y Puente Alto, en los dos primeros lugares. Además, con un Indicador de Entorno Urbano de 0,17, Valparaíso está entre las comunas prioritarias del país por carencias habitacionales y de entorno urbano.
“La situación de la vivienda social y del entorno urbano en la comuna de Valparaíso es muy preocupante. Por ello es muy importante que datos como estos, que revelan las reales necesidades de las personas y las familias porteñas, sean considerados seriamente por las autoridades a la hora de planificar la ciudad y dictar normas urbanas”.
Por otra parte, el estudio gremial expone que a nivel regional el déficit habitacional llega a 60.895 viviendas sociales, de las que 40.321 viviendas corresponden a nuevos requerimientos habitacionales por deterioro de los inmuebles (66%) y 20.574 a nuevos requerimientos por allegamiento (34%). “Se trata de más de 60 mil familias, un estimado de 180 mil personas”, agregó Vicuña.
PLANIFICACIÓN URBANA
Por su parte el gerente de Estudios de la CChC, Javier Hurtado, señaló que el informe de la CChC se centra “en identificar la necesidad de viviendas nuevas –tanto para reemplazar inmuebles que no ofrecen condiciones mínimas de habitabilidad como para atacar el problema del allegamiento extremo– de los primeros seis deciles de la población, el que suele ser el segmento objetivo de la política social”.
“El Balance de la Vivienda es una radiografía al sector, que identifica con precisión las necesidades y requerimientos de vivienda de interés social, pero también la calidad de los entornos urbanos, que involucra infraestructura y equipamientos para la calidad de vida”, argumentó Juan Armando Vicuña.
“Además el estudio entrega datos respecto del entorno urbano y de esta manera se hace cargo de las nuevas necesidades de una población creciente, en atención a que como gremio constatamos que ha irrumpido con fuerza la preocupación por la calidad de vida urbana, lo que por supuesto nos mueve a promover una planificación sostenible de nuestras ciudades y a trabajar en tal sentido”, agregó Juan Armando Vicuña.
De acuerdo a lo comentado por el presidente de la CChC regional, los datos que arroja el Balance de la Vivienda y Entorno Urbano 2017, son especialmente importantes a considerar a la hora de planificar la ciudad y de elaborar los instrumentos que normen el territorio, lo que es central para poder garantizar espacio para la construcción de las viviendas, la infraestructura y el equipamiento que las personas necesitan para su calidad de vida.
“En el caso de Valparaíso, por ejemplo, durante los últimos años hemos sido testigo de la enorme migración de los porteños hacia Curauma y comunas del interior, en especial Peñablanca, en busca de viviendas de calidad que les entreguen bienestar a sus familias, y sobre todo, que estén al alcance de su bolsillo, proceso que involucra abandono y deterioro urbano y que se seguirá sufriendo con un costo enorme para la ciudad”, expresó.
“Por el alto valor del suelo, las restricciones normativas y por las dificultades para edificar, acceder a una vivienda en Valparaíso es muy difícil y lo será más en los próximos años. Esto se agudizará con la modificación a parte del PRC, que restringe incluso la construcción de vivienda social”, sentenció.