El académico Gonzalo Chávez señala que poner la televisión a un volumen moderado o recurrir a la musicoterapia son alternativas válidas. Lo primordial es ofrecer una zona donde el animal se sienta seguro y cómodo, explica.
En los últimos días un canal de cable anunció que transmitirá en Año Nuevo un programa pensado especialmente para las mascotas de la casa, con el fin de ayudar a mantenerlas tranquilas mientras se lanzan los fuegos artificiales. ¿Qué tanto puede ayudar esta iniciativa a los animales de compañía? Gonzalo Chávez, académico de la Escuela de Medicina Veterinaria de Universidad Santo Tomás sede Viña del Mar, asegura que la idea sí puede ser efectiva para evitar o aminorar el pánico generado por el ruido de la pirotecnia.
“Hay dos cosas distintas. Uno puede dejar a los animales en una habitación con la televisión prendida a un volumen que sirva para opacar el ruido exterior de los fuegos artificiales, pero que no sea tan fuerte como para que produzca molestia o temor. Otra cosa es recurrir a la musicoterapia, ya que se ha demostrado que ciertas frecuencias de sonido tienen un efecto determinado en personas o animales”, señala el especialista en Etología.
El académico agrega que se ha estudiado el efecto de algunos sonidos que ayudan a calmar no solo a los animales de compañía, sino también a los de producción. “Se llama música con frecuencia modificada, que es formulada especialmente para distintas especies porque los animales tienen distintas capacidades de percepción de sonidos, entonces hay música especial para gatos, perros, caballos, cerdos y aves”, explica.
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Más allá de esta iniciativa televisiva, Gonzalo Chávez acota que existen otras alternativas para ayudar a que las mascotas soporten el pánico que les provoca el ruido de los fuegos artificiales. El profesional aclara que el principal problema tiene que ver con las “conductas de escape” de los animales y no tanto con problemas de salud que se pudieran generar por este episodio traumático.
“Es muy poco probable que a un perro le vaya a dar un paro cardiaco, por ejemplo, pero el riesgo está en que al intentar escapar de este sonido que viene de distintas fuentes, el animal puede atravesar un ventanal, saltar de un segundo piso, correr sin destino y ser atropellado o arrancar y luego no encontrar el camino de vuelta”, cuenta.
¿Qué se recomienda en este caso? El docente de UST Viña del Mar indica que lo primordial es “ofrecer una zona segura al animal”, es decir, un lugar que él conozca y donde se sienta cómodo: “no hay que encerrarlo en el baño, pero sí podría estar en el dormitorio del propietario, que probablemente es un lugar agradable para él. Y si el perro se quiere meter en el closet o debajo de la cama, hay que dejarlo. No hay porqué forzarlo a estar ‘en familia’ esperando las doce de la noche, a los perros no les interesa ver los fuegos artificiales”.
Finalmente, Chávez advierte que lo peor que se puede hacer es medicar a la mascota con productos de uso humano. “Muchos de estos fármacos pueden tener contraindicaciones para para perros y gatos. Además, el efecto puede ser peligroso porque incapacitan al animal para responder al estímulo. Si un perro está sedado, no puede expresar lo que está sintiendo. Lo malo es que el propietario se queda tranquilo porque ve calmado al animal, que sin embargo lo sigue pasando pésimo”.