6 recomendaciones para avanzar en la gestión ética de datos

La Asociación Nacional de Avisadores, ANDA, entrega recomendaciones basadas en el Manual de Ética de Datos de la Federación Mundial de Anunciantes y sus gremios asociados.

Dada la transformación digital de la sociedad, la gestión de datos es uno de los desafíos más importantes del marketing. Las personas demandan respeto por la privacidad de sus datos personales y que se le entregue valor a cambio de compartirlos, mientras Chile está ad portas de la promulgación de la ley de protección de datos personales.

Rodrigo Orellana, presidente del Círculo de Marketing Digital de ANDA, sostiene que “para ANDA, la ética de los datos es un tema de primera importancia, por lo que buscamos mantenernos al día y monitorear lo que pasa en el mundo y en Chile al respecto. Vemos que las empresas socias están implementando los exigentes estándares de los mercados más desarrollados, poniendo esfuerzos en instalar una cultura ética de tratamiento de datos y estar a la altura de la confianza y transparencia que buscan las personas”.

En ese sentido, desde ANDA estamos orgullosos de poder colaborar con la Federación Mundial de Anunciantes (WFA, World Federation of Advertisers), agrega el especialista, “y queremos compartir una serie de recomendaciones que entrega este organismo, al que ANDA está afiliada como miembro pleno”.

En conjunto con sus gremios asociados, la WFA desarrolló una guía de ética de datos que establece seis recomendaciones fundamentales en los que debería apoyarse el uso de los datos:

  1. Construir el argumento de negocio para la ética de datos: Generar una narrativa armonizada internamente sobre la importancia del uso responsable y ético de los datos y promover la ética de datos como algo beneficioso para los negocios, los consumidores y la sociedad en general.
  2. Establecer principios de ética de datos en toda la empresa: Desarrollar un conjunto de principios de ética de datos que sean claros, concisos y fáciles de entender. Los principios deben estar alineados con los valores de la organización y deben ser aplicables a todas las funciones y niveles de la organización. Los equipos de diversas funciones deben colaborar para definir un conjunto de principios de ética de datos que se alineen con las mejores prácticas de la industria y los valores de la empresa, y darles vida en las diversas funciones que trabajan con datos.
  3. Asignar responsabilidades: Las compañías deben definir claramente las responsabilidades de todos los empleados en materia de ética de datos. Esto ayudará a garantizar que la ética de datos se integre en todas las operaciones de la organización. Si bien algunas organizaciones pueden considerar apropiado crear funciones dedicadas a la ética de datos para liderar el trabajo, implementar la ética de datos en la práctica no puede ser responsabilidad exclusiva de un solo equipo.
  4. Incorporar la ética de datos en la gobernanza existente: Para fomentar un cambio cultural que reconozca y valore la importancia de la ética de datos, las estructuras de gobernanza y toma de decisiones existentes, así como las políticas y procesos, deben adaptarse y revisarse en consecuencia. Esto respaldará los esfuerzos para garantizar que las consideraciones éticas se identifiquen, aborden e integren adecuadamente en todas las facetas de las operaciones comerciales.
  5. Desarrollar KPIs claros para la ética de datos: Las organizaciones que desean alinear sus acciones con aspiraciones éticas más amplias en materia de datos deben establecer métricas y KPIs tangibles. Estos indicadores no solo proporcionan información valiosa, sino que también sirven como una prueba decisiva para evaluar la efectividad de su estrategia.
  6. Medir el progreso de la cultura de ética de datos: Monitorear y mapear la cultura corporativa es fundamental para evaluar la efectividad de las políticas y procesos de ética de datos de las organizaciones. Si bien comprender en qué medida la organización cumple con las recomendaciones anteriores podría ser un punto de partida para evaluar las brechas existentes, un análisis más profundo que cuantifique las actitudes, comportamientos y conocimientos sobre la ética de datos en toda la organización servirá como un punto de referencia útil e identificar áreas de mejora.​

En este punto, la guía recomienda realizar encuestas o evaluaciones periódicas a los colaboradores, comprender dónde están las brechas y desarrollar soluciones basadas en evidencia, revisar los mecanismos de informes y respuesta ante incidentes éticos, y medir regularmente el progreso.