Actualmente, el 40% de los jóvenes trabaja de manera informal, sin contrato y sin seguridad de ningun tipo.
Para dinamizar el mercado laboral juvenil -que hoy alcanza apenas al 9% de los jóvenes de entre 18 y 28 años- y disminuir los alarmantes niveles de informalidad laboral en ese segmento –del orden del 40%- el gobierno del Presidente Sebastián Piñera está impulsando un proyecto de ley que crea un contrato especial para jóvenes estudiantes y que permitirá que más de 18 mil personas se incorporen al mundo laboral y/o regularicen su situacion actual.
El proyecto fue aprobado por unanimidad en la Comisión de Trabajo y Previsión Social de la cámara baja el pasado 4 de junio, y aprobado en la Comisión de Hacienda un mes después. El 12 de julio, en tanto, fue aprobado en general y en particular en la Cámara de Diputados, por 83 votos a favor, 51 en contra y 4 abstenciones.
Respecto de la necesidad de aprobar el proyecto, el ministro del Trabajo y Previsión Social, Nicolás Mönckeberg afirma que “no hay nada más precario que un joven trabajando sin contrato y sin ninguna protección y este proyecto está pensado para proteger a ese joven que trabaja para complementar sus estudios”. Asimismo, agregó que “hoy tenemos que dejar atrás las diferencias ideológicas y pensar en los jóvenes. Chile necesita que la juventud tenga trabajos de calidad”.
Dentro de los principales ejes del proyecto, destaca que los jóvenes estudiantes no perderán los beneficios sociales destinados a financiar sus estudios de educación superior, a pesar de las rentas percibidas. Además, podrán no cotizar en el sistema de salud y así mantener su condición de carga familiar; y que tendrán una jornada flexible de máximo 30 horas semanales con un máximo de 10 horas diarias (sin posibilidad de pactar horas extraordinarias) y, en caso de acuerdo mutuo, podrán acordar trabajar los días domingos y festivos. También podrán ausentarse libremente para ir a rendir pruebas y exámenes; y en caso de receso de las actividades académicas por vacaciones, podrá pactarse continuar de manera similar, suspender el contrato o bien aumentar la jornada hasta por 45 horas semanales, pudiendo acordarse horas extraordinarias, con una remuneración que no podrá ser inferior a un ingreso mínimo mensual.
El Contrato Especial para Jóvenes Estudiantes generará también un aumento en el monto de las pensiones futuras de los jóvenes, al favorecer el trabajo formal a temprana edad, e incentivará el ingreso a la educación superior de jóvenes que actualmente no pueden hacerlo por razones económicas. Por otra parte, anticipará el ingreso de los jóvenes al mundo laboral, con los beneficios que ello reporta en materia de aprendizaje y preparación para el futuro.
En definitiva, se trata de un contrato que permitirá a los jóvenes compatibilizar tiempos de estudio y trabajo; suprimiendo la rigidez actual, que hace que muchos de ellos prefirieran trabajar informalmente, sin seguridad ni protección social.