La Región de Valparaíso es una de las más complicadas en esta materia y ve comprometido el abastecimiento para el consumo humano, conservación de ecosistemas y desarrollo de actividades que utilicen agua, como la industrial, minera o agraria. Experto profesor de la USM sostiene que “se hace indispensable fomentar una nueva cultura en la gestión del vital elemento”
La Región de Valparaíso es una de las más afectadas por la escasez hídrica que vive nuestro país, manteniendo en la actualidad a cinco de sus provincias dentro del listado nacional realizado por la Dirección General de Aguas (DGA). Si bien, cuatro de ellas se referencian por un periodo de 6 meses, Petorca cumplirá 8 años dentro de la lista, algo muy preocupante para sus habitantes.
Según la publicación de la Fundación Chile “Radiografía del Agua: brecha y riesgo hídrico en Chile”, el 76% de la superficie chilena está afectada por sequía, desertificación y suelo degradado. A esto se suma a que en la zona central existe un déficit de lluvia y nieve, lo que disminuye los caudales de los principales ríos, afectando la vegetación nativa. Sumado a lo anterior, un gran factor de riesgo es el progresivo cambio climático.
El profesor Dr. Patricio Rubio Romero, Director del Magister Profesional en Gestión del Agua de la USM, entregó una clara visión sobre la problemática que vive la V Región y el país. “Es una de las regiones más comprometidas en cuanto a la seguridad hídrica, lo cual compromete el abastecimiento para el consumo humano, conservación de ecosistemas, y desarrollo de actividades que utilicen agua, como la industrial, minera o agraria. Hoy tenemos una sobredemanda para la cantidad de agua existente, generándose muchos conflictos que conducen a que el manejo del agua no logre llegar a una política común. La Cuenca del Aconcagua es el principal territorio de la región y los mayores problemas se presentan en comunas como La Ligua, Petorca, Cabildo, donde están comprometidas las actividades agrícolas. En San Felipe y Los Andes también existen problemas para consumo humano, industria y agricultura, y hacia la parte alta del Aconcagua está la creciente demanda de la minería. Hay que fomentar una nueva gestión y cultura para el manejo del agua”.
El académico señala que la problemática de déficit afecta a un 70% de la población de Chile, y que ahora se añade un nuevo problema: la creciente mala calidad del agua. “Como no hay una Cultura del Agua en general la tomamos, usamos y devolvemos sucia al medio natural. No hacemos tratamientos complejos del agua, salvo en Santiago, donde el agua sanitaria es tratada en dos grandes plantas, es lo más moderno que tenemos en el país. Todo eso afecta que la calidad del agua vaya disminuyendo junto con la cantidad de agua. Además, los climas evolucionan y van cambiando por fenómenos naturales globales, y eso también marca su influencia en el déficit. Posiblemente, estamos en camino a climas más áridos en estas zonas centrales y las lluvias se estén yendo más al sur. Otro factor de cambio climático debe asociarse a la influencia del hombre en la atmósfera por la contaminación los gases del efecto invernadero (GEI).
Consumo humano vs. Valor económico
Otro problema que se genera a partir de la escasez hídrica es la priorización en el uso y manejo que se está dando. El Dr. Patricio Rubio Romero explica que “en la zona costera, la gente toma agua de mala calidad porque es desalada, y hacia el interior utilizan agua de buena calidad para consumo no humano. Estamos cayendo en la aberración de primar valor económico del agua sobre necesidad humana, y me temo que esto se va a repetir en otros puntos del país, dada la famosa política de los “derechos del agua”.
Gestión del Agua
Precisamente y para contar con profesionales calificados en esta materia, la Universidad Técnica Federico Santa María diseñó el primer magister profesional en Gestión del Agua chileno que será dictado en el campus de Vitacura de Santiago. Su objetivo principal es formar profesionales del más alto nivel en temas de dirección, planificación y gestión nacional del recurso hídrico, este programa fue desarrollado en conjunto por el Departamento de Obras Civiles e Ingeniería Comercial de la USM.
Frente a esto, el Dr. Rubio añadió que “hemos creado este magister para aportar al país un grupo experto de profesionales que comience a generar ideas con criterios de sustentabilidad que van más allá de simple manejo empresarial del tema del agua y que además, resuelvan los problemas a partir de los conocimientos, realidades y objetivos nacionales. A veces importamos grandes ideas y al no tener capital suficiente o idoneidad de los profesionales, ellas tienen bajo impacto.
El futuro del agua
El futuro del recurso hídrico es incierto, si no se toman las medidas precisas y en el momento adecuado, según lo acotado por el profesor Rubio. “La actual gestión del agua en Santiago ha generado que parte de la ciudad haya estado en más de una oportunidad sin el recurso por días, justo en el momento que llueve. A eso se suma las localidades de la Región de Valparaíso que en el verano secan sus pozos y el gestor del agua debe proveer en camiones aljibes este vital líquido. Los problemas de escasez no son lejanos, están ahora. Estamos intentando cambiar la mentalidad, pero la problemática seguirá creciendo y la demanda de agua seguirá aumentando, porque la gente utiliza más agua. Cada persona utiliza en promedio 150 a 200 litros de agua diarios, y los devuelven sucios. Acá existen puntos poblados donde aún la gente se surte de agua en una llave común, o existen grifos sin agua para los bomberos. En el país más de medio millón de personas no tiene agua potable. Debemos cambiar la “cultura colonial” sobre el agua, porque es un bien común finito. No son temas ni problemas del futuro, son de hoy. No hay una mega sequía, estamos cambiando a climas más áridos, y esa es la realidad.”, concluyó.