Plan de desarrollo laboral de la unidad penal tiene por objetivo alcanzar la reinserción social de los reclusos y mejorar sus conductas.
Una reunión entre personal del Centro de Detención Preventiva (CDP) de Quillota, encabezados por el jefe de unidad, comandante Mario Contreras, y el equipo municipal de la unidad de desarrollo económico fue el primer paso para concretar el objetivo de volver a poner en marcha el taller de corte y confección que posee el establecimiento penitenciario.
En la instancia, desarrollada en el mes de enero, Francisco Marchant, encargado de la unidad edilicia, se mostró llano a entregar toda la ayuda posible, tanto para reabrir el taller como para capacitar a la población penal en temáticas tales como apresto laboral.
A la reunión le siguió una visita al taller, ubicado en uno de los pabellones del CCP, por parte de Marchant, Alejandra Araos, encargada del programa municipal de jefas de hogar, y Katherine Sánchez, monitora del proyecto EcoModas. En la ocasión se revisaron las máquinas de coser y las dependencias de la población femenina, esto frente a la posibilidad de que parte del taller funcione en el recinto penal de mujeres.
Una vez culminado el recorrido por el recinto de Gendarmería Francisco Marchant afirmó que “La idea es trabajar en conjunto, retomar algunas acciones, poder implementar este taller de corte y confección y darle una vuelta en la innovación con respecto al uso de la economía circular y material reciclado textil. (Esto) va complementado a través de la oficina municipal de intermediación laboral con capacitación a través de apresto laboral y formación para el trabajo para los internos, para que cuando tengan su libertad puedan salir más preparados a enfrentar el mundo laboral”.
El funcionamiento del taller forma parte del plan laboral que está desarrollando el comandante Contreras. El jefe de unidad afirmó que ”vamos a propiciar las condiciones para que los internos accedan al área laboral. Buscamos fomentar el trabajo en el CDP y, de esta manera, fortalecer la reinserción social de nuestra población penal y mejorar sus conductas. Cada vez que logramos insertar laboralmente a un privado de libertad estamos colaborando con la seguridad pública del país”.
Uno de los internos que trabajó durante años confeccionando uniformes de seguridad y escolares es Héctor Muñoz. El interno, quien actualmente trabaja armando carpetas para cuadernos Torre, expresó que el que vuelva a funcionar este espacio “sería bueno, sería buenísimo para la gente que le interese y quiera aprender”. Muñoz recordó que “Fue positivo para mí. Era como estar trabajando en una empresa el exterior”.
Se espera que cerca de una docena de privados de libertad, tanto hombres como mujeres, puedan trabajar en el sector donde se ubican las máquinas de coser y así tengan la posibilidad de ayudar económicamente a sus familias.