Nutricionista de la Universidad de Playa Ancha advierte que lo mejor es tomarse el tiempo de preparar nuestras comidas en casa, para asegurar una ingesta de calidad.
Bebidas, hamburguesas envasadas, galletas, lácteos azucarados, postres, dulces, pizzas, nuggets, papas fritas, snacks, etc. Para algunos esta lista es perfecta para una tarde de cine en casa durante la cuarentena, pero la verdad, es un festín que puede ser sabroso, pero también muy riesgoso para nuestra salud.
¿Por qué? Porque se trata de alimentos y productos ultraprocesados, que presentan una pobre calidad nutricional y que, en muchos casos, están reemplazando a las comidas caseras más nutritivas de las dietas de las familias chilenas.
Carol Parra, académica de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Playa Ancha, UPLA, advierte que los alimentos ultraprocesados son formulaciones industriales a base de sustancias extraídas o derivadas de alimentos, además de aditivos cosméticos que confieren textura, olor, consistencia, a los alimentos. Estos productos alimenticios se conciben para ser microbiológicamente seguros, convenientes, muy apetecibles y asequibles.
La especialista advierte que estos productos están nutricionalmente desbalanceados, pues presentan un elevado contenido en azúcares libres, grasa total, grasas saturadas y sodio, y un bajo contenido en proteína, fibra alimentaria, minerales y vitaminas, en comparación con los productos, platos y comidas sin procesar o mínimamente procesados. Sin embargo, lo más preocupante –dice- es que muchos de estos agentes están asociados al desarrollo de distintos tipos de cáncer.
“Se ha visto que hay efectos directos sobre el estado de Salud, por ejemplo, de aumento de la glicemia…asociado en general con diabetes, con varias patologías y también con el cáncer, porque los alimentos ultraprocesados, como tienen esa característica de tener una alta densidad energética.., pero no con una buena calidad nutricional, es lo que hace repercutir directamente sobre el estado de salud”, dijo Carol Parra, quien agregó que, durante el proceso, este tipo de alimentos también podrían formar contaminantes potencialmente cancerígenos, por ejemplo la acrilamida o nitritos.
¿Qué dicen las estadísticas?
Las investigaciones detectaron una relación entre la ingesta de alimentos ultraprocesados y el cáncer. Hay un estudio brasileño que determinó que el consumo regular de este tipo de ingesta (más de cinco veces a la semana), genera una probabilidad de 2.35 veces mayor de desarrollar cáncer de mamas. Otras investigaciones, en tanto, revelaron que el aumento de un 10 por ciento del consumo de este tipo de alimentos, generaba un 12 por ciento más de riesgo de desarrollar algún tipo de cáncer. Lo anterior ocurriría no solo por los componentes de los alimentos procesos (aditivos), sino también por el proceso al que son sometidos (temperatura) y sistemas de preservación de los mismos. Por ello, la recomendación principal de la nutricionista es es mirar siempre la etiqueta de los alimentos, elegir alimentos naturales o mínimamente procesados y preparar nuestros propias comidas en casa.
“En virtud de los antecedentes que existen actualmente, de cuánto afectaría el consumo excesivo de estos alimentos ultraprocesados, como factor de riesgo potencial en el desarrollo de algún tipo de cáncer, la idea es reducir al máximo el consumo de estos alimentos y generar prácticas en los hogares, donde preparen todo lo que se pueda…en vez de comprar los helados, prepararlos en casa, hacer sus propios panes, prescindir de las sopas deshidratadas…tratar de que lo que se pueda preparar en casa, se haga en los hogares y así reducir la ingesta de estos productos que tienen un daño potencial en nuestra salud”, concluyó Carol Parra.