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En tiempos de aceleración histórica, nada… sostienen los investigadores ¿Qué tan lejos estamos de la masificación de los autos eléctricos?

Lo mismo nos preguntábamos hace algunos años de los TV LED, un poco antes de los celulares o los paneles fotovoltaicos. Hoy todos ellos, y otros productos más, están en el mercado y su uso es más que habitual.

Es altamente probable que para niños o jóvenes que actualmente cursan estudios básicos la adquisición de su primer auto será uno de tipo eléctrico o híbrido. ¿Así de rápida será la masividad? se preguntarán muchos. Así de rápido responden los científicos e investigadores, no europeos ni asiáticos, sino chilenos y más aún…de Valparaíso.

“La electromovilidad ha tomado gran protagonismo e interés entre la sociedad moderna y ha llegado para quedarse. Existen vehículos como automóviles, buses, bicicletas o camiones que pueden albergarse dentro de las posibilidades de la electromovilidad”, sostiene el académico de la Universidad Técnica Federico Santa María y experto en esta materia, Samir Kouro, para quien “los vehículos eléctricos no son una tecnología novedosa”. El concepto data de hace más de 100 años.

“Dentro de los primeros automóviles que se desarrollaron en el mundo, agrega, hubo coches eléctricos, pero la tecnología de baterías no era muy avanzada. Por lo tanto, se fueron desarrollando más los autos a combustión, y recién al comenzar los 80’s se fue progresando más en esta tecnología y, particularmente en los 90’s con los vehículos híbridos como el Toyota Prius, y un poco más reciente los autos 100% eléctricos”.

¿Qué es la electromovilidad?

Se define como el método que tanto las personas como cualquier otro tipo de carga, viaja o se transporta utilizando como medio las tecnologías basadas en la electricidad. Variadas son las ventajas del uso de vehículos eléctricos, tales como menor costo operacional, disminución del ruido, mayor eficiencia energética y, algo muy importante, no contamina el medio ambiente.

Samir Kouro que, además de académico del Departamento de Electrónica, es investigador del Centro Avanzado de Ingeniería Eléctrica y Electrónica (AC3E) de la USM, afirma que la verdadera revolución en esta materia se gatilló con TESLA –compañía norteamericana ubicada en Silicon Valley en California- con la introducción del modelo S en 2012, que demostró que se puede hacer un sedan de altas prestaciones que compita en calidad y costo con sus equivalentes a combustión y además sea deseable por su capacidad de producir torque y aceleración a la vez de ser amigable con el medio ambiente. Esto le mostró a los grandes fabricantes de automóviles el camino del futuro, quienes de a poco se han ido sumando al mundo de los automóviles eléctricos”.

Hoy ya hay varios modelos y diferentes marcas de automóviles eléctricos que se comercializan en Chile, y cuyo precio puede ir desde los $13.000.000 hasta los $40.000.000, incluso más. Según él “se deben analizar dos tipos de costos a la hora de comparar autos eléctricos con los de combustión. El costo de la inversión dependerá del país o lugar. En algunos puede costar lo mismo que uno convencional y en otros lugares hasta el 30% más caro, dependiendo de la existencia de subsidios. Y el costo de operación. En este último es donde los vehículos eléctricos ganan terreno, dado que requiere mucho menos mantención que un vehículo a combustión, además que por su eficiencia energética y el costo de la electricidad por kilometro en comparación a la bencina por kilometro hace que su operación sea significativamente más baja.

Eléctricos v/s Convencionales

La masificación de los autos eléctricos aún no ha llegado con fuerza a nuestro país, pero una vez que se haga, los autos convencionales podrían pasar a segundo plano, tal como lo reconoce el académico. “Eso siempre pasa con este tipo de tecnologías de tipo exponencial, en donde un determinado desarrollo tecnológico y una mayor capacidad de fabricación instalada permite una gran reducción de costo en un tiempo cercano a una década. Esto pasó con los televisores LED, los teléfonos celulares, los paneles fotovoltaicos, y está pasando con los vehículos eléctricos. Hay que sumarle a esto el aumento de la conciencia ecológica por parte de la ciudadanía y la presión social por estar al día en lo que a tecnología se refiere”.

Yo también lo quiero”

La acción de ver a mis amigos, vecinos y conocidos ya lo tienen… entonces yo también lo quiero, genera un efecto multiplicador y acelerador en la adopción de una determinada tecnología.

¿Cuándo se podrá?

Kouro responde: “Existen varias proyecciones en diversos mercados con respecto a la penetración de los automóviles eléctricos en el futuro. Personalmente creo que la transición será muy rápida, ya que la curva de la tecnología se está desarrollando muy rápido, y varios fabricantes han decidido incluso poner fecha de término a la producción de sus vehículos a combustión, lo que para mí es una clara tendencia que estamos entrando en la fase en donde los cambios se aceleran”.

Hablamos de aceleración histórica.

(RECUADRO 1)

Electrolineras v/s gasolineras

Los automóviles eléctricos pueden ser cargados de tres maneras: de manera lenta, en casa, preferentemente durante la noche; “carga de paso o de oportunidad” de mediana velocidad en centros comerciales, estacionamientos públicos, lugar de trabajo, etc.; y carga rápida, en las llamadas electrolineras. “Estos tres tipos de carga coexisten y cumplen funciones para perfiles de uso distintos. Por ejemplo, en un viaje largo de Santiago al sur de Chile durante las vacaciones, la autonomía de los vehículos eléctricos no permite llegar en una sola carga, por lo que las electrolineras son esenciales para que no exista la llamada ansiedad de rango. En cambio, para un uso diario normal, de la casa al trabajo y vuelta, la carga nocturna en casa es suficiente, muy similar a lo que hacemos con los celulares”, comenta Samir Kouro. “Actualmente, la mayoría de las estaciones de carga rápida logra recargar el vehículo en alrededor de media hora a 45 minutos, es decir, de 3 a 5 veces lo que demora la carga de combustible.

Nosotros en la USM estamos desarrollando tecnologías para carga rápida de baterías y acortar significativamente su tiempo de carga. Los primeros desarrollos son muy prometedores, y creemos que la tecnología podría acortar el tiempo a un tercio, haciéndolo comparable a la recarga de bencina. Sin embargo, no solo existe el problema de la velocidad de carga, sino los lugares para cargar, porque si bien hay electrolineras a lo largo de Chile, falta bastante infraestructura de carga para que la ciudadanía perciba que este no sería un problema a la hora de comprar un vehículo eléctrico”.

(RECUADRO 2)

Investigación

en Valparaíso

En el AC3D de la USM, actualmente, existe un laboratorio dedicado a la electromovilidad y se realizan investigaciones y desarrollo de proyectos de transferencia electrónica. “Como centro especializado en Ingeniería Eléctrica y Electrónica, estamos muy cerca del mundo tecnológico de los vehículos eléctricos y de su integración a la infraestructura y mercado eléctrico nacional, y hemos hecho proyectos para empresas, tanto como el desarrollo de componentes para vehículos eléctricos, como por ejemplo el inversor que convierte la energía que va de la batería al motor, el sistema completo de batería hecho 100% en nuestro laboratorio, plataformas de control que permiten manejar los flujos de potencia entre las baterías y el motor. Hemos participado en casi todos los aspectos que tienen que ver con el tren de potencia de un vehículo eléctrico y, también, trabajamos en el desarrollo de nuevos circuitos electrónicos para crear las estaciones de carga rápida o electrolineras. Nosotros tenemos nuestros propios diseños, fabricamos prototipos de laboratorio y estamos creando nuevo conocimiento respecto a ese tema, algunos de ellos premiados en el exterior, otros actualmente en fase de patentamiento y también algunos desarrollos transferidos a la industria, lo que nos tiene muy contentos del nivel que se ha alcanzado en la USM en esta materia”, concluyó el académico.