Ludmila Varas Yupátova, terapeuta ocupacional y académica, advirtió que no todas las personas tienen las herramientas para afrontar las altas exigencias académica, laborales y sociales de la vida actual.
Una alta prevalencia de trastornos mentales en la población nacional, tales como agorafobia, estrés, depresión y ansiedad, se diagnostican cada vez con mayor frecuencia en nuestro país, lo que implica un aumento importante de licencias médicas.
Así lo afirmó Ludmila Varas Yupátova, terapeuta ocupacional y académica de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Playa Ancha (UPLA), refiriéndose a las últimas estadísticas sobre salud mental en Chile, área que también aborda su especialidad.
La profesional sostuvo que la presencia de estos trastornos también se visualiza en los estudiantes, académicos, familias y en el ámbito laboral, puntualmente, por la alta exigencia en distintos ámbitos, razón por la cual hace un llamado a estar atentos a cómo nos sentimos con lo que hacemos.
“La idea es hacer un llamado a que las personas tomen conciencia de tener un equilibrio en sus actividades, un equilibrio en todo aquello que puedan realizar durante un día y ver de qué manera su vida cotidiana está impactando…o mejor dicho, de qué modo sus actividades están impactando en su vida cotidiana, porque toda la gente quiere ser feliz y esa felicidad no va de la mano tanto con hechos objetivos, sino con cómo la persona va tomando la vida cotidiana y cómo le va afectando”, dijo la especialista, quien enfatizó la necesidad de hacer un automonitoreo constante respecto a cómo se siente cada uno con lo que experimenta.
PREVENCIÓN Y PROMOCIÓN
Agregó que desde la Terapia Ocupacional hay una línea importante que, además del tratamiento, aborda la prevención y promoción de la salud mental. Desde allí se desarrollan estrategias que tienen que ver con la organización del tiempo y la estructuración de una rutina saludable, entre otros aspectos. Por ejemplo, sugirió no dedicar todo el día a una actividad laboral, o estar solo a cargo del cuidado de otro, pues ello genera efectos negativos en nosotros mismos, lo que se agudiza si consideramos que la vida actual -dijo- es más exigente y no todas las personas cuentan con las herramientas para responder a ella.
“Frente a situaciones de presión laboral, las personas no están teniendo las herramientas necesarias para abordar estas situaciones. Lo mismo desde lo académico. Cuando hay mayor exigencia académica, los estudiantes tienden a presentar muchas dificultades desde lo emocional y eso impacta directamente en sus actividades cotidianas. No solo hablo del ámbito educativo, hablo también del síndrome del conductor furioso, hablo del síndrome de abstinencia por no tener el celular, trastornos que se están considerando desde la psiquiatría y que generan sintomatología ansiosa”, dijo la especialista, quien agregó que estas conductas afectan a todos los espacios y ambientes donde se desenvuelve la persona.
A modo de recomendación, la terapeuta ocupacional de la UPLA sugirió, primero, planificar el día o la semana, pues ello genera cierta tranquilidad y permite la preparación de lo que se va a hacer; promover ideas y pensamientos más positivos; establecer buenas relaciones sociales; y contar con redes de apoyo (un entorno amigable), que constituya un espacio de confianza y comunicación.