Doctor Juan Pablo Reyes advirtió que dichas palabras en el mundo de la política han sido reemplazadas por una clasificación social de los grupos como: ABC 1, personas en situación de calle, ciudadano de a pie o facho pobre.
Como el reflejo de un clasismo y discriminación impresentable, calificó Juan Pablo Reyes, doctor en Lingüística de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Playa Ancha (UPLA), el uso de la palabra “patipelado” por parte de la senadora y presidenta de la UDI, Jacqueline van Rysselberghe; y de “pelafustán”, por parte del abogado del mall Marina Arauco, Rodrigo Zapico.
Desafortunadas expresiones que ambos emitieron hace unos días y que generaron una serie de reacciones en redes sociales.
El académico comentó que se trata de dos palabras que, probablemente, se usaban mucho a nivel de lenguaje oral en el Chile colonial y que, dentro de la clasificación lexicográfica, son de carácter compuestas. Es decir, son uniones de dos sustantivos.
De acuerdo a lo que explicó Reyes, “patipelao” se encuentra en la Real Academia Española, en su última edición. Sin embargo, en el Diccionario Ejemplificado de Chilenismos, que recoge escritos del siglo XIX y la mitad del Siglo XX, también aparece, y procede de obras literarias de autores costumbristas y criollistas chilenos.
En este contexto, el académico explica su sentido: “De patas peladas, de andar descalzo, de no tener…dentro del imaginario…cuando alguien anda a pie descalzo es porque ya no tiene nada. Es el más desvalido de todos, desde el punto de vista material. Esta es una denominación sociopolítico de índole clasista. Tiene cargas despectivas. Yo le doy rasgos de sarcasmo, de querer producir una ofensa, claramente, de menosprecio”.
El académico también se refirió al poder de las palabras, al precisar que cuando alguien nombra algo, se produce una apropiación de aquello que se quiere designar, a partir de una etiqueta que se coloca a la persona, acontecimiento u objeto, y que no siempre da cuenta de la realidad.
Con la misma fuerza rechazó el uso de la palabra “pelafustán”, al precisar que también es peyorativa y que no refleja el camino al que hoy apunta la sociedad.
“Sobre
todo en estos tiempos, en que estamos en contra y estamos por ir
terminando con esas prácticas clasistas, sexistas, racistas, de
menos precio a quien no es como uno. Y eso nos ha traído problemas,
eso de desvalorar, estigmatizar, estereotipar a ciertos grupos, como
que son de una manera no más y que, por ser diferentes, son
inferiores. Eso ya no calza para lo que quiere la nueva sociedad”,
apunto el especialista, quien dijo que el uso de estas palabras es
impresentable.
Advirtió además que, en el mundo de la política, estas palabras han sido reemplazadas por una clasificación social de los grupos (de carácter técnico), tales como: ABC 1, ABC 2, personas en situación de calle, ciudadano de a pie, emergente, o el facho pobre, las cuales dan cuenta del segmento con menos recursos socioecómicos.