Actividad formó parte del calendario cultural que se realiza durante todo el presente mes en el establecimiento penitenciario. .
Cerca de 150 privados de libertad del Centro de Cumplimiento Penitenciario (CCP) de San Felipe tuvieron la posibilidad de disfrutar de la obra de teatro “Almas Perdidas”, la que grafica la hacinada vida en un conventillo en el Chile de la década de 1920. Allí se desarrolla la vida y vicisitudes de explotados obreros y esforzadas mujeres que luchan por salir de la pobreza.
La obra, puesta en escena por la compañía La Dramática Nacional. forma parte de una trilogía donde el trabajador es el centro. En 140 minutos l20 actores desarrollan el conflicto social que vivía nuestro país durante la gran depresión de 1920, donde los obreros luchaban por mejores condiciones laborales y convivían con policías corruptos, empresarios y dirigentes sindicales.
La actividad forma parte de un calendario cultural que se desarrolla durante el presente mes en el CCP y que incluyó otra representación de este género literario y una exposición fotográfica, la que se mantendrá en la unidad hasta la próxima semana.
Respecto a esta serie de iniciativas culturales, la jefa de régimen interno de la unidad aconcagüina, teniente segundo Beatriz Moraga, sostuvo que: “Los beneficios son muchos, más aun tomando en cuenta todos los sucesos que están pasando en el país y el impacto que éstos provocan en la población. Esta es una actividad que ayuda bastante a desestresar y permite que los internos conozcan otro mundo que en el exterior difícilmente pueden adquirir. En general la población penal ha recepcionado bastante bien todas las actividades”.
Pablo Zamora fue parte del centenar de reclusos que presenció la obra hubo. Él la calificó como “algo muy lindo para nosotros, porque nosotros nunca vivimos esto… sí siempre es pura amargura. Es algo gratificante para nuestro corazón. Estamos bien agradecidos de Gendarmería y de la obra de teatro. Esto es algo muy hermoso. Nunca había estado en algo así y en representación de todos los internos les doy las gracias”.
Los actores no fueron ajenos a la recepción que tuvieron por parte de los internos. Es así como una de las tres codirectoras de la Compañía, Nelda Muray sostuvo que “Uno nunca sabe cómo va a responder el público, sea el público que sea, sean estudiantes, sean público en general o, en esta caso, los internos de acá. Me sorprendió gratamente. Tuvimos una atención y un recibimiento de ellos del que estoy muy agradecida y así se los manifesté”.
Las palabras de Nelda Muray fueron compartidas por otras de las codirectoras, Carolina Araya. La actriz calificó el recibimiento del público como: “increíble. Fue muy sorpresivo, no sabía que esperar. Nunca habíamos dado una función para población penal. Nos produce mucha alegría poder tener estas experiencias humanas porque para nosotros es fundamental que el teatro deje de ser un arte de las elites”.
“Es un poco terrible pensar que es una obra escrita hace cien años, porque finalmente si uno extrapola las temáticas seguimos en lo mismo: Seguimos en la falta de educación, la lucha que da la gente pobre por salir de la marginalidad como sea, algunos con éxito y algunos sin éxito; la lucha por la reinserción que veíamos en el personaje del Aguilucho”, agregó Araya.
La presentación fue posible gracias al Fondart, que por medio del programa de Visitas Artísticas busca llegar a población vulnerable y personas en situación de difícil acceso a actividades culturales, en establecimientos poco habituales para la programación artística, tales como centros de adulto mayor, centros de menores, hospitales y recintos penales.