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“Prueba de transición» del proceso de admisión 2021 a las UES contempla primeros cambios hacia un acceso universal

Especialista de la Universidad de Playa Ancha considera que las tres modificaciones fundamentales del test contribuirán a un acceso más igualitario a la educación superior. Hoy, este proceso cobra relevancia cuando las autoridades apuestan a que las clases se reinicien en mayo.

Distinguir entre lo que se ha denominado prueba de transición y la prueba nueva resulta fundamental al momento de enfrentar el proceso de admisión 2021 a las universidades de Chile, explica la doctora Verónica Pastén Valenzuela, académica y Directora Departamento Disciplinario de Educación Diferencial de la Universidad de Playa Ancha (UPLA).

Esta diferencia hoy vuelve a tener protagonismo cuando el debate se abre en torno a la posibilidad de que se reinicien las clases, en una fecha próxima, de acuerdo con lo planteado por las autoridades de gobierno. De hecho, se había manifestado inicialmente que el retorno sería este lunes 27 de abril, pero ello quedó postergado hasta mayo.

La prueba de transición o prueba con ajustes es la que se rendirá, de acuerdo al calendario del DEMRE, en noviembre de este año, en tanto que la Prueba Nueva, la cual tendrá una nueva denominación, está planificada para el 2022.

Esta prueba de transición implica tres aspectos esenciales, dice Verónica Pastén. El primero, contempla una aplicación de ajustes de los elementos que se han cuestionado reiteradamente en los últimos años, como también la incorporación de preguntas para evaluar las competencias para avanzar en estudios de niveles superiores.

“Tal como lo señaló el subsecretario de Educación Superior, Juan Eduardo Vargas, estos aspectos implican otorgar mayor valor al ranking de notas y al NEM y el cambio de ponderación de la PSU, pasar del 50% al 30%, éstos conforman las mayores modificaciones para esta prueba de transición, todo pensado para un acceso más igualitario, sin que ello signifique privilegiar a una generación de estudiantes por sobre la otra”.

Respecto a la prueba planificada para el 2022, la doctora Pastén cree necesario aclarar que en octubre del 2017 en el seminario “Nuevos Desafíos de la Admisión a la Educación Superior”, en el marco del vigésimo aniversario del DEMRE, se propusieron modificaciones al sistema actual. Desde entonces se iniciaron acciones en la búsqueda de una nueva prueba, para transitar teniendo en cuenta principalmente las habilidades y luego los contenidos.

El mismo año, a través de proyectos de investigación FONDEF, se inició la creación de instrumentos de selección que puedan enriquecer el espacio de soluciones factibles para el nuevo Sistema de Acceso a la Educación Superior. Estos resultados deben dialogar con la realidad en la formación situada de nuestros estudiantes diversos.

Los instrumentos evalúan habilidades y competencias fundamentales que son objetivos curriculares centrales, permanentes en el tiempo desde 7° Básico a 2° Medio, como las competencias lectoras, matemáticas, científicas, producción de textos y cuestionario de habilidades transversales.

La doctora Pastén considera que avanzar en la construcción de instrumentos para un acceso universal es uno de los desafíos más relevantes en estos tiempos. Como también, la búsqueda de formas de participación que representan a los distintos sectores de nuestra sociedad y sistema educativos.

“Un ejemplo es el trabajo que ha desarrollado el Equipo Técnico Interdisciplinario, el ETI, que está conformado por profesionales del DEMRE, SENADIS, Ministerio de Educación y académicos de las universidades pertenecientes al Consejo de Rectores que en los últimos años con mucha perseverancia realizan recomendaciones de los ajustes, basados en la evidencia de estudios y la experiencia que se tiene en terreno”.

Respecto de otras modificaciones, en el caso de Lenguaje, se modificó de 80 a 65 preguntas, eliminando el plan de redacción y los conectores. Además, se incluyen de manera progresiva preguntas para medir competencias lectoras.

La razón de ello, comenta la académica, es que se esperaba que el manejo de conectores y plan de redacción, permitirían medir indirectamente la capacidad del estudiante para formular un discurso cohesionado y coherente. Sin embargo, aún existen variables de contexto que no permiten que los estudiantes logren estos indicadores. Y, como consecuencia, las instituciones de Educación Superior implementan una serie de dispositivos para los alumnos de primeros años pueden adquirir estas competencias y así enfrentar la formación de sus respectivas especialidades.