Así lo afirma el experto en programas de manejo de fuego e ingeniero español, David Caballero, quien llegó a Chile para exponer sobre las lecciones aprendidas en Europa tras los incendios en Grecia, Portugal y España. Además, entregó claves para afrontar los siniestros.
Consultor internacional sobre asesoría del riesgo y planificación preventiva de incendios forestales, el ingeniero de la Universidad Politécnica de Madrid, David Caballero Valero, es voz autorizada si se trata de analizar las causas y generar estrategias para enfrentar los siniestros de las zonas de interfaz (intersección entre población y bosques).
Precisamente para la última temporada de incendios forestales en el Viejo Continente, Caballero fue encargado por la Unión Europea para coordinar el Observatorio Europeo de la Interfaz (WUIWATCH) y abordar en terreno los siniestros catastróficos que afectaron a Grecia, España y Portugal. Esta valiosa experiencia y la realidad chilena, en materia de protección y prevención de cara a la próxima temporada de incendios, fue abordada por Caballero en el marco del curso “La Problemática de los Incendios de Interfaz Urbano- Rural”, dirigido a despachadores del país.
Pese a que el experto español destaca la implementación por parte de las empresas forestales del programa Firewise (modelo de gestión de comunidades protegidas para minimizar los riesgos frente a incendios), y el empoderamiento de las comunidades en materia de prevención de incendios, cree que aún hay tareas pendientes en materia de estrategias de protección de viviendas y autocuidado que requieren la participación de propietarios y turistas en el cuidado de las zonas de seguridad.
¿Cómo ha visto el trabajo de prevención de incendios en Chile?
Creo que Chile ha tomado muy buenos pasos hacia la protección de las poblaciones frente a incendios forestales, no obstante, la velocidad a la que debe hacerse esta transformación, para tener poblaciones protegidas, está siendo un poco lenta. Es decir, los cambios que estamos teniendo del tipo de fuego y climatología nos están empujando a ser más rápidos. Con lo que se están tomando muy buenas decisiones es con la creación de la Red de Comunidades y labores de prevención, pero hay cosas fundamentales por resolver, sobretodo la incorporación de los propietarios en la protección de sus propias viviendas, es decir la autoprotección.
¿Cómo fue la última temporada de incendios en España?
El 2018 ha sido una temporada relativamente buena. Hemos tenido lluvias en primavera y precipitaciones; en verano hemos tenido ambientes más frescos de lo habitual y algunas lluvias lo que, comparado con otras campañas, ha sido mejor. Luego hemos tenido algún susto importante, especialmente con el incendio en Llutxent, Valencia, donde se afectaron zonas de interfaz y que ha mostrado un comportamiento bastante agresivo. Según he oído, en Chile han tenido una cierta sequía o menos precipitación de lo habitual en invierno y eso se nota después. En Europa el año pasado fue mucho peor, tuvimos incendios muy fastidiosos y este año hemos tenido una situación dramática especialmente en Mati – Grecia, con un incendio acabó con la vida de 99 personas.
¿Cómo está el tema de la prevención de zonas de interfaz si comparamos la realidad de España con Chile?
En España tenemos una administración que se divide en 17 autonomías que tienen su propio parlamento y sus propias leyes. El Estado puede proponer cosas. De hecho, tenemos una legislación, ellos tienen directriz básica de protección civil que toca el tema concreto de la interfaz urbano- rural de manera genérica y es responsabilidad de las propias regiones articular una norma regional. En España, venimos hablando del tema de la interfaz hace años pero, por un lado, tenemos una tremenda inercia administrativa, porque no tenemos una norma técnica completa y eso hace que la implementación en el territorio sea más difícil, y quizás el reto más grande sea la población, los propietarios y turistas. Al propietario le cuesta entender que tiene que realizar acciones sobre vegetación y con todo ello vemos que el aspecto clave de la gestión forestal integral, que incorpora las poblaciones, todavía es una asignatura pendiente.
Chile ha hecho cosas que nosotros no hemos hecho. Han avanzado en el programa Firewise, un programa a nivel nacional y han creado la red de Prevención Comunitaria, que no se ha hecho allá y en eso nos lleváis ventaja. Eso sí, algunas regiones han hecho un esfuerzo por avanzar en la caracterización del riesgo. Estoy pensando por ejemplo en Valencia, Cataluña y Madrid y Baleares.
¿Cuáles serían los consejos que usted daría como experto en zonas de interfaz urbana?
Las viviendas en Chile están muy expuestas al medio natural. Son viviendas muy empotradas en el medio natural y hay cosas muy sencillas que se pueden hacer en caso de incendios, como cerrar las ventanas y las puertas de la edificación. Es prioritario proteger esas ventanas ya sea con persianas o contraventanas. Yo diría que los 10 primeros metros alrededor de una vivienda son claves para su protección. A la comunidad la veo un poco desordenada en el sentido que no hay vías de evacuación, no hay franjas perimetrales y se vive un poco de espaldas al riesgo. Tuve la ocasión de visitar Villarrica y, a lo largo de la costa del lago, hay un montón de urbanizaciones que están insertas y con accesibilidades muy difíciles, con una única ruta que que bordea el lago y en caso de incendios va a ser muy difícil evacuar y proteger. La recomendación va hacia las municipalidades de llevar una estrategia de gestión, hacer estas urbanizaciones menos permeables al paso del fuego.
Los incendios que afectaron a nuestro país en la temporada de 2017 fueron denominados los primeros de sexta generación y muchos los catalogaron como nunca antes vistos…
Fue el primero que nos llamó la atención, el primero en que dijimos que estábamos en jaque porque muere gente y se destruyen muchísimas viviendas. Esto es un fenómeno para el que no estábamos preparados. En mi presentación, al principio, preguntaba si creíamos que todavía era seguro el lugar donde vivimos, si las estructuras de protección como fajas perimetrales son suficientes para estas tormentas de fuego. Creo que todavía estamos por ver más de estos fenómenos y la preocupación es que son cada vez más frecuentes. Si ya no estamos preparados para el fuego típico medio, mucho menos lo estamos para conflagraciones en que se ve toda una región envuelta. Yo creo que estas poblaciones no están preparadas para estos eventos.
¿Cuáles son las recomendaciones que se les puede dar a las personas para esta temporada de incendios?
Tanto Conaf como las empresas forestales están haciendo un esfuerzo para que las zonas de interfaz urbano-forestal sean más seguras y creo que estos programas tienen que seguir con la participación del ciudadano, del propietario y también del turista ocasional. Es muy importante que cada uno entienda que con muy poquito se puede hacer mucho, lo principal es limpiar el entorno inmediato a las viviendas y desde luego trabajar en comunidad. La prevención es un esfuerzo común.
El sur Chile es una potencia forestal. ¿La comunidad puede convivir con las empresas forestales?
Creo que sí porque, a fin de cuentas, están dando un valor a un territorio, pero luego hay que llegar a acuerdos y protocolos con las comunidades para que se armen estrategias comunes. La producción forestal devuelve dinero al territorio y creo que las empresas forestales lo están haciendo bien retornado parte de este beneficio en forma de prevención. Sostenibilidad y resiliencia del paisaje es trabajar con las comunidades para hacer que los paisajes que son ahora productores lo sigan siendo en el futuro.