Ejecutan dos proyectos del INACH, con los que estudian el comportamiento de las algas ante el aumento de radiación solar y la temperatura en el Continente Blanco.
En la Antártica se encuentran tres científicos del Laboratorio de Investigación Ambiental Acuática (LACER), perteneciente al Centro de Estudios Avanzados de la Universidad de Playa Ancha (UPLA), para dilucidar -por primera vez- en distintos niveles de organización biológica, los potenciales efectos del cambio climático sobre macroalgas, organismos base de las cadenas tróficas en ecosistemas polares como los de la Antártica y el Ártico.
Se trata de los doctores Paula Celis Plá, Fernanda Rodríguez Rojas y Claudio Sáez Avaria, quienes en el marco de dos proyectos financiados por el Instituto Antártico de Chile (INACH), participan en la 55ª Expedición Científica Antártica 2019 (ECA55), iniciada a principios de enero y que durará hasta el 5 de febrero.
“Las actividades de investigación comenzaron con el muestreo en terreno de algas verdes (Monostroma hariotti), algas rojas (Pyropia utricularis, Iridaea cordata y Gigartina skotbergii) y algas pardas (Adenocystis endiviifolia), especies de alta importancia ecológica para el mantenimiento del equilibrio en el ecosistema intermareal de la península Antártica. En el laboratorio de la Base profesor Julio Escudero del INACH, ubicado en la península Fildes de la isla Rey Jorge, someteremos las especies de macroalgas a incrementos de temperatura, según predicciones para fines del siglo XXI del Panel Intergubernamental en Cambio Climático (IPCC), para luego desarrollar una serie de mediciones a distintos niveles de organización biológica”, afirmó desde la Antártica la doctora Paula Celis Plá.
En este contexto, se pretende determinar los potenciales efectos fisiológicos en macroalgas en relación a su desempeño fotosintético, es decir, qué cambios produce en el organismo de las especies en estudio el aumento de radiación solar y cómo afecta su capacidad de sintetizar materia orgánica -imprescindible para la constitución de los seres vivos– a partir de la luz y de materia inorgánica.
“También esperamos estudiar aquellos mecanismos bioquímicos que, eventualmente, podrían activarse ante el estrés por temperatura, principalmente asociado al metabolismo antioxidante. Y, por primera vez en macroalgas, secuenciaremos sus transcriptomas completos, es decir identificaremos el conjunto de todas las lecturas de genes presentes en estas especies, lo que permitirá tener una representación general de los genes expresados en situación de estrés”, sostuvo el director de LACER UPLA, Claudio Sáez.
Las investigaciones que los científicos desarrollan contribuirán a tener nociones sobre el comportamiento de las macroalgas de la Antártica, esto es si serán capaces de soportar futuras condiciones mediadas por el Cambio Climático y, potencialmente, extrapolar cambios distribucionales a nivel latitudinal.
La información que se obtenga es de suma relevancia, debido a que las algas son productores primarios, es decir, conforman la primera línea de la cadena trófica y proveen de refugio y alimento a especies de otros niveles de la organización.