La institución forestal realizó actividades de educación ambiental en las comunas de Quilpué, Casablanca y Zapallar, que contemplaron la participación de cerca de 200 pequeños.
Con charlas respecto a la prevención de incendios forestales, la conservación del bosque nativo, los efectos del cambio climático y la arborización urbana, la Corporación Nacional Forestal (CONAF) celebró hoy el Día Internacional de la Madre Tierra, en las comunas de Quilpué, Casablanca y Zapallar.
Funcionarios de la Sección de Prevención de Incendios Forestales del organismo, en la Ciudad del Sol, instruyeron a 22 estudiantes –de tercero básico- de la escuela Teniente Ignacio Serrano, en torno a la identificación de especies nativas del bosque esclerófilo de la Región de Valparaíso, y también, en relación con los efectos del cambio climático para la naturaleza y las personas.
A su vez, en el jardín infantil Trompito de Siete Colores, de Casablanca, los guardaparques de la Reserva Nacional Lago Peñuelas montaron una exposición sobre flora y fauna autóctona, que contempló la distribución de material educativo y una llamativa muestra de animales embalsamados (coipos, cisnes de cuello negro y lechuzas blancas). Asimismo, junto a 150 párvulos, profesores y apoderados, plantaron quillayes en las dependencias del establecimiento educacional.
Por otra parte, el Centro Educativo Cultural de Infancia “Maripositas” organizó este lunes una jornada ecoeducativa en la exestación de trenes de Catapilco, en Zapallar, que contó con la participación de diferentes servicios públicos y más de 60 pequeños, de cuatro jardines infantiles y un colegio de la zona.
En este contexto, trabajadores de la Corporación enseñaron a los menores y adultos presentes los métodos de plantación y protección de los árboles, así como las principales recomendaciones para evitar eventuales emergencias forestales. Además, entregaron gratuitamente a la comunidad 100 plantas nativas, de las especies peumo, molle, alcaparra y tara.
El director regional de CONAF, Pablo Mira, resaltó que “estamos dando charlas y capacitación en muchas escuelas, para que se forme una cadena virtuosa. Todavía hay muchas personas que no creen en el cambio climático, y mientras eso suceda, vamos a seguir arrojando CO2 (dióxido de carbono) a la atmósfera y plástico a los océanos. Por lo tanto, ojalá que nos vaya bien, que podamos crear conciencia y que la Tierra sea una buena casa para nosotros, pero también para las futuras generaciones”.