Interno del módulo 113 sorprendió y emocionó a compañeros del establecimiento penal.
La música inunda cada uno de los módulos del Complejo Penitenciario de Valparaíso, donde los internos escuchan desde reggaeton hasta rancheras. Aprovechando este estrecho vínculo es que se organizó el concurso de dobles “Mi nombre es”.
En total fueron ocho los internos, entre ellos una mujer, los que participaron en la primera versión de esta competencia musical, desarrollada en el gimnasio de la unidad penal y organizada por el encargado de Deporte, Recreación, Arte y Cultura (DRAC), Rodrigo Peñailillo. El profesor de educación física destacó el nivel de los competidores.
“La mayoría del público, que principalmente eran internos, quizás iban con la idea de reírse un poco, pero cuando pasa el primer cantante fue un golpe de sorpresa para todos ya que el nivel de los cantantes fue demasiado alto. Hubo un clima de respeto hacia los cantantes por lo mismo, porque el nivel era muy bueno”.
“La actividad busca descubrir los talentos ocultos de los internos y sean reconocidos en la cárcel desde un nivel artístico. Además, aprovechamos de entregar entretención a todos los internos”
De igual forma, el jefe del Complejo, coronel Antonio Ibarra Lillo, destacó que este tipo de iniciativas “ayuda a la población penal a disminuir el stress y ansiedad, tan propios de las unidades penales. De esta manera, se mejora o mantiene la buena conducta de la población penal y por lo mismo siempre estamos apoyando las actividades deportivas, recreativas y culturales. ”.
Luego de que cada participante se presentara en el escenario del complejo porteño, el jurado determinó que el primer lugar fuera para el doble de Eduardo Gatti, Michael Villaroel, y el segundo para Claudio González Campos con la canción Arriba en la Cordillera, de Patricio Manns.
El imitador de Patricio Manns es integrante el grupo Alkamari, compuesto por internos del módulo 103 y destacó que por medio de iniciativas como esta también se puede alcanzar la reinserción social.
“Contento, porque podemos ver que dentro de este lugar no todas las cosas son negativas; hay cosas positivas por las cuales uno también puede reintegrarse a la sociedad y dar a la luz el talento oculto que uno puede tener estando privado de libertad. Afuera no cantaba. Después que aprendí a tocar comencé a desarrollar mi voz junto con el acompañamiento de las cuerdas de la guitarra”, detalló el recluso de 29 años.
Para los próximos meses se espera que se realice la segunda versión de la duatlón penitenciaria.