La curiosa tendencia en videos que ayudan a las personas a relajarse mediante estímulos sonoros y que sólo constan de personas realizando actividades cotidianas se va consolidando como una opción para lograr dormir.
Pueden ser susurros o el sonido de un papel arrugandose cerca de un micrófono, así de simples y hasta extraños pueden ser los videos de ASMR, una tendencia en internet que luego de años ha logrado dar la vuelta al mundo, con más de 13 millones de estos videos en Youtube, los cuales pueden superar las 20 millones de visitas.
Si bien no existen estudios avanzados en el país, en otras partes del mundo han comenzado a buscar una explicación científica para la sensación de “cosquilleo” y relajación que ellos producen en sus oyentes, la cual incluso pueden ayudar a conciliar el sueño.
La Respuesta Sensorial del Meridiano Autónoma (o ASMR, por su sigla en inglés), es un efecto sensorial de relajo producido en el cerebro tras estímulos sonoros suaves, como lo puede ser una voz o la caída de la lluvia, incluso comparándose con el efecto que puede generar un masaje.
Los estudios de ASMR son relativamente nuevos, y estos apuntan a que ésta sensación estimula ciertas regiones del cerebro, algunas relacionadas con la emoción, la empatía y comportamientos sociales. Además, la evidencia preliminar también muestra una baja en el ritmo cardíaco, por lo que podría ser efectiva para tratar el estrés y la ansiedad.
“Según algunos estudios, las personas que presentaron ASMR tuvieron un aumento en las conexiones entre la corteza occipital, temporal y frontal; relacionadas con el descanso y la relajación. Otros sugieren que estos videos pueden reducir la frecuencia cardíaca a 3,14 latidos por minuto en promedio”, explicó el Dr. Alvaro Vidal, neurólogo de la Clínica Somno, el principal centro médico en el país para trastornos de sueño.
Es por estos efectos de relajo que el ASMR ha sido considerado por algunas personas como una herramienta útil para conciliar el sueño. Lamentablemente, no todos perciben de la misma forma estos videos y su factibilidad ha sido poco comprobada por el momento.
“No existe evidencia empírica, ni estudios que demuestren ampliamente la validez de la técnica, sin embargo no se considera nociva o que haya que evitar. A la espera de estudios de mayor envergadura, bien puede servir la experiencia personal para poder validar la técnica de forma individual”, aclaró el especialista.