30 privadas de libertad siguieron las instrucciones del maestro Harkirpal.
Tranquilas y felices. Así se retiraron de la clase de yoga kundalini las internas condenadas e imputadas del Centro de Detención Preventiva de Quillota el pasado martes. La actividad forma parte del calendario implementado por el profesor de educación física de la unidad y tuvo por objetivo bajar el nivel de tensión y ansiedad entre la población femenina de la unidad.
La clase, en la que participaron 30 reclusas, se llevó a cabo en el patio interno del establecimiento penitenciario y estuvo a cargo del maestro Harkirpal.
“Lo que hicimos hoy día fue tratar de llevar a todas estas mujeres a que fueran a su interior. En el espacio se sentía que ellas estaban bien tensas, se sentía el cansancio, por lo tanto, lo que hicimos fue llevarlas a un estado de relajación y luego que se conectaran con su interior, y terminamos con una meditación que se enfoca cien por ciento en el punto del corazón. Ese punto activa la compasión, el amor, la humildad”.
El positivo balance de la clase fue compartido por el jefe del establecimiento penitenciario, comandante Claudio Carrasco Medina.
“Lo que se busca con este tipo de actividades, aparte de la recreación de la población penal, es bajar los niveles de stress, ansiedad y de encierro de las mismas internas. Va en beneficio tanto de ellas como de nosotros como unidad, donde bajamos notablemente los problemas internos dentro de esta población”.
Por su parte el profesor de educación física del recinto, Alexis Fernández, destacó que el objetivo de la actividad “Está planteado dentro del programa de eventos mensuales y hemos detectado que el yoga es una herramienta bien importante, que les permite a las usuarias liberar tensiones y tener un momento de relajo. Ya habíamos tenido una experiencia similar el año pasado y con muy buenos resultados”.
Los beneficios de esta disciplina fueron experimentados por Brenda Reyes López, para quien se trató de una actividad “entretenida, despejamos la mente y salimos de nuestra rutina diaria. Ahora me siento relajada, tranquila, con nuevas energías en mi cuerpo. Me encanta que se realice y deberían seguirse realizando en distintas cárceles del país. No es difícil, es súper fácil, solo tienes que conectar tu cuerpo y escuchar y tomar atención”.
En cuanto a la población condenada masculina, esta se encuentra entrenando en diversas disciplinas deportivas, esto con mira a futuras competencias.